VISITO LA COLECCIÓN CARUGATI DE GINEBRA

Los que me conocéis sabéis que me encanta visitar tiendas o colecciones de coches cuando voy al extranjero. No sé si es porque en España hay pocas o con poco nivel, pero sí, es algo que me gusta hacer. En mi viaje a Ginebra tampoco fallé y decidí ir a una de las mejores colecciones suizas y, hasta se podría decir, de Europa. La definiría como el garaje que todos soñamos tener, en el que hay desde un clásico hasta un moderno, sin olvidar los autos de competición. Fue todo un placer poder entrar y tengo que decir que, en estos momentos mientras escribo el artículo, también estoy emocionado de poder enseñárosla.




Os estoy hablando de Carugati, una tienda y colección de coches muy famosa por el sublime nivel de vehículos que descansan debajo de esas sencillas y viejas instalaciones, pero que en las que hay mucha magia. Hace 35 años Tiziano Carugati fundó esta marca debido a su interés por los automóviles deportivos italianos, especialmente Ferrari. La compañía ha ido creciendo hasta tener una gran flota de modelos nuevos y usados muy exclusivos, y es que no aceptan cualquier pieza. Debido a su éxito, hace unos años se convirtió en concesionario oficial Pagani en el país, por lo que les dio mucho prestigio y fuerza para seguir trabajando.

Se encuentra a 20 minutos, en coche, del centro de la ciudad y no hay que preocuparse por si no dejan entrar. No sólo te abren la puerta sino que te reciben con los brazos abiertos y con un regalo, que suele ser un elegante llavero o una bonita gorra. Si os paráis a pensar, es uno de los mejores métodos de marketing gratuito. La cantidad de fotógrafos que van y las publicaciones que corren por la red hacen que sea una de las tiendas más famosas. Un trabajador de ahí me aseguró que esta política la han tenido desde siempre y que nunca les ha causado ningún problema. A España aún le queda mucho para aprender...

Después de un largo recorrido, desde el hotel donde estaba alojado, llegué a mi destino. Las instalaciones desde fuera daban un poco de incomodidad, si se puede llamar así. Un edificio de dos plantas, viejo y con los cristales muy sucios, daba una apariencia equivocada, pero ya sabéis que nunca hay que juzgar un libro por su portada. Al abrir la puerta y entrar me topé con un Ferrari F12 TDF amarillo Giallo Triplo Strato, pero antes de seguir fijándome en más coches pedí permiso para hacer fotos. Un chico, sin dudar, dijo que obviamente, como si estuviera en mi casa. Así, sí. La aventura comenzó.

Empecé a mirar a mi alrededor y no paraba de ver joyas. Delante tenia uno de mis Ferrari favoritos, uno de los purasangre más conocidos y uno de los coches que ha escrito una larga página en la historia del motor. Era un bendito Ferrari F40 del 1987, pintado en Rosso Corsa y con el interior rojo. Tiene cambio manual, tracción trasera, 478 cv, y no cuenta ni con ABS ni dirección asistida. Eso sí que es un coche. Delante de él se encontraba el "americandream" o, para los amigos, Ford GT, el superdeportivo creado por y para los estadounidenses en 2005, aunque también enamoró a muchísimos no-americanos. Estaba pintado con el spec, seguramente, más común de este modelo, que es rojo con esas dos líneas blancas tan deportivas.

En esa misma sala, o lo que viene a ser el recibidor de casa, también había un espectacular y moderno LaFerrari, que en el cuentakilómetros sólo marcaba 3.400km desde 2014. Se podía ver, como curiosidad, que tenia una manguera eléctrica conectada para cargar el motor híbrido, que acompaña al V12 atmosférico de 963cv. A su lado encontré uno de aquellos cavalinos que siempre había soñado ver. Se trataba de un 250 GT SWB Berlinetta, uno de los Ferrari más exclusivos y caros que ha habido nunca. Se fabricó en 1961 y sólo se produjeron 176 unidades, por lo que le hace subir, a día de hoy, su precio a 14 millones de euros. Esta joya, con carrocería de aluminio y motor V12 de 280cv, despertó el interés de todos aquellos que amaban el motor y Ferrari. Sus líneas suaves y el carácter tan elegante que tiene hicieron que este coche se convirtiera en una pieza de ensueño. ¡Y no sabéis lo que significa para mi tener uno delante!


Continué por un corto pasillo, en el que me tropecé con un modesto GT3, y empecé oler a fanatismo. De repente vi libros y libros de motor, y eso me hizo pensar que estaba en un sitio donde hay amor y pasión por los coches, por encima de cualquier otra cosa. Un 812 y un F12 Berlinetta, osea padre e hijo, me dieron la bienvenida al showroom o sala de ventas. Más de 30 coches estaban esperando a un nuevo propietario que les cuidara como se merecen. Entre modelos bastante "normales", es decir, que suelo ver por la calle, había uno que me llamó muchísimo la atención. Era un Porsche 959, fabricado en el final de los años 80 y que significó una absoluta evolución de la marca alemana. No solo fue importante por presentar un atrevido diseño, llevar un motor de 6 cilindros de 450cv o tener unas prestaciones que rompían los esquemas de la época, sino que fue el primer superdeportivo con tracción a las 4 ruedas con embrague multidisco y reparto de par. Solo se produjeron 268 unidades y, obviamente, tiene un gran valor en el mercado, alcanzando los 2 millones de euros. Este, en particular, destaca por la abundancia de rojo Red Komfort, tanto fuera como dentro. Y es que solo se hicieron 4 ejemplares con esta configuración, por lo que tenía delante un 959 muy especial.

Me faltaba un rincón por mirar y es ahí donde me encontré un Ferrari 430 Scuderia 16M Spider, uno de los descapotables por excelencia. Se trata de la versión sin techo del conocido 430 Scuderia y fue llamado 16M para recordarnos las veces que han ganado el campeonato de constructores de la Fórmula 1. También es una pieza limitada, a 499 unidades, y lleva un motor V8 de 506 cv que no os podéis imaginar el sonido que produce. 

Una vez me había recorrido todo pensé que ya era hora de marchar. Pero de repente vino un buen hombre y me dijo "viens" (ven). Abrió una pequeña puerta que parecía llevar a otro mundo, como a Narnia pero del motor. Y efectivamente entré a un universo diferente. Si lo que había visto me pareció increíble, lo que iba a ver era mejor. Solo entrar había otro LaFerrari, aunque me llamó más la atención un raro pero brutal Renault R5 Turbo 1, un puro juguete francés con un motor 4 cilindros de 160cv y turbo. No cabe duda que debe ser una bestia en carreteras de curvas en montaña y transmitirá sensaciones que coches actuales no pueden hacer. El sencillo y horrendo interior hace que te fijes en lo viejo que es este Renault, concretamente del 1981, pero seguro que en esa época era uno de los coches que cualquier joven soñaba con tener e ir con sus amigos de ruta. A día de hoy cuesta más de 125.000€, algo que tampoco está al alcance de cualquiera.

De ahí caminé por un pasillo que llevaba a un lugar maravilloso, al cielo. Sabia que era la última parte de la colección y, por lo tanto, la mejor. Así fue. Lo primero que vi era un tipo de estanterías donde estaban los coches puestos unos encima de otros. Habían automóviles que no había visto en mi vida y algunos los llevaba buscando desde hace mucho tiempo. Uno de ellos era el Mercedes-Benz 190 E2.5-16 EVO II, un alemán de los años 90 que cuando te paras y lo miras, te entristeces pensando en los modelos actuales de Mercedes. Este coche resulta ser tan importante por sus raíces con los DTM, y es que al final resulta ser un automóvil de competición pero para la calle. Hasta tuvo que pasar una homologación especial para que obtuviera el permiso de apto para vía pública. En si destaca el kit de carrocería que lleva, con unos pasos de rueda ensanchados y un alerón trasero talla XXL. Todos los ejemplares fueron pintados en color negro Blue Black Metallic y solo contaba con un extra, que era el aire acondicionado. Debajo del capó lleva un motor atmosférico de 4 cilindros en línea que desarrolla 235cv, por lo que acelera de 0 a 100km/h en sólo 7.1 segundos, números muy bajos para ser un auto de época. Es, sin duda, una pieza de colección, limitada a 502 unidades, y en aquel entonces costaba unos 40.000€, ¿ahora sabéis cuanto? Más de 120.000€. Por cierto, Enzo Ferrari tuvo uno.


Seguía observando los coches que me rodeaban. Me fijé en un tímido Fiat 500 de color gris, que estaba escondido detrás de una columna. Y fue girar un poco la cabeza y ver a su lado otro 250 GT SWB. No me lo podía creer. Ese hombre que me acompañaba, al ver mi cara, me dijo que "son cosas que no se ven cada día".  Este estaba pintado en un rojo Rosso Corsa y me hizo la boca agua.


Otro de los protagonistas fue mi clásico favorito. ¿Otro Ferrari?, os preguntaréis. No, el Mercedes-Benz 300 SL. Que deciros de él. Uno de los coches con más clase y estilo que ha habido nunca, innovando con esa apertura de puertas tipo "alas de gaviota". El color era precioso, pintado en plata, y tenía enganchadas un montón de pegatinas de rallies en los que había participado, por lo que el propietario habrá disfrutado del SL como nadie. Aunque no fuera un modelo de producción limitada, las bellas y curvadas líneas que componen su carrocería hicieron que, en aquel entonces, fuera un automóvil que no podía faltar en el garaje de ese adinerado amante del motor.

Un coche muy especial y que ha de estar siempre presente en una colección es el 911S del 1970. Un modelo icónico y que nunca ha pasado de moda, aunque el diseño haya evolucionado. Estos dos ejemplares que veis en las fotos son un 2.2 y un 2.4, en los que les diferencia la cilindrada del motor que comparten, un Flat 6 de 180cv. Cabe destacar lo llamativos que son, con estos colores amarillo y naranja, que en esos tiempos rompían con lo establecido.


Habían muchos otros clásicos pero no era fácil verlos porque estaban en los estantes de arriba, por lo tanto, tampoco los pude fotografiar. De todas formas, di una última vuelta por esa sala para que se me quedara grabada en la retina esa colección tan especial y prestigiosa.

Abandoné el local, agradeciendo varias veces al equipo la amabilidad que habían tenido, y salí por la puerta mirando el F40 que tanto me gusta. El sueño terminó pero por supuesto que volveré el año que viene para ver nuevas piezas, que seguro que no serán cualquier cosa y, como siempre, con ganas de enseñároslo a través de mis fotografías. Estoy seguro que esta colección solo la sabemos apreciar como merece quienes realmente sabemos de lo que hablamos.





GALERÍA FOTOGRÁFICA